Vuelta por Alegrías y sabor del sur

Ya estoy de vuelta, y mañana a la rutina, tras mi viaje por el sur que deja siempre ese sabor agridulce.... dulce de la estancia y agrio de la partida.

Por echar de menos echaré de menos hasta su horripilante calor que apenas te deja dormir; pero, ¿quien quiere dormir estando en el maravilloso sur?

Así que ahí os dejo su sonido... por alegrias

Felicidades, Acho (Nunca es tarde si...)

Hace una semana y media en una playa preciosa, que descubrí por pura casualidad en Asturias, mirando subir la marea con esa inocente gratitud fascinada con la que miramos el mar los de tierra adentro, yo me acordé de Aratz, y de lo cerca que estaba su cumpleaños. El mismo día de su cumpleaños mirando de tú a tú a la Peña Santa de Castilla, después de un calvario  de subida de más de cinco horas,  sin agua,  con un sol de in-justicia y que sin embargo recomiendo a todo el mundo, también me acordé de Aratz. Pensé en lo mucho que a él le gustaría todo aquello y pensé en el Degurixa, que reaparece siempre  por sorpresa como el  mismo Aratz  y que como el mismo Aratz es  siempre  una alegría, una belleza  y un montón de promesas de lo que está por llegar. ¿Qué cómo es que te queremos tanto, Acho?, pues, ¿ Qué cómo no?.

 Quería decirle todo eso y tantas otras cosas a Aratz el día de su cumpleaños pero mi USB se murió de un ataque de vagancia hace más de dos semanas y el clon con el estoy intentando escribir ahora no me ofrece muchas garantías. De todas maneras, nunca es tarde si viene a buscarte la dicha algún día,cantaban los Rodríguez, o nunca es tarde si la picha es buena, dicen por mi pueblo, o siendo más tradicionales, nunca es tarde si la dicha es buena. La dicha de haberte conocido, Aratz, es de las mejores. Zorionak.





(Te debo dos fotos, Acho, la de la playa de Borizo y la de la Peña, mi modem dice que no puede con ellas...no he probado lo de meterlo en la  la nevera envuelto en  albal, pero de hoy no pasa  ;-)

Muchas Felicidades, Capitán Hatun

   

POR LAS PLAYAS DE ISLA

En las noches de luna y clavel,
de Ayamonte hasta Villarreal,
sin rumbo por el río,
entre suspiros,
una canción viene y va,
que la canta María
al querer de un andaluz.
María es la alegría
y es la agonía
que tiene el Sur,
que conoció a ese hombre
en una noche
de vino verde y calor
y entre palmas y fandangos
la fue enredando,
le trastornó el corazón.
Y en las playas de isla
se perdieron los dos.
Donde rompen las olas
besó su boca
y se entregó.

¡Ay, María la Portuguesa!
Desde Ayamonte hasta Faro
se oye este fado
por las tabernas,
donde bebe 'vinho' amargo.
¿Por qué canta con tristeza?
¿Por qué esos ojos cerrados?
Por un amor desgraciado.
Por eso canta, por eso pena.

Fado
porque me faltan sus ojos.
Fado
porque me falta su boca.
Fado
porque se fue por el río.
Fado
porque se fue con la sombra.

Dicen que fue el "te quiero"
de un marinero
razón de su padecer,
que una noche en los barcos
de contrabando
pa'l langostino se fue.
Y en las sombras del río
un disparo sonó
y de aquel sufrimiento
nació el lamento
de esta canción.

Os veo a mi vuelta

besos y abrazos

 

Crónica de un concierto de verano

Hace apenas unos días tuvo lugar un curioso espectáculo, un concierto al aire libre, de entrada gratuita y aforo ilimitado, quizá no con tanto público como podría haberse esperado, pero con el éxito que tiene asegurada una noche que reúne a U2 y AC/DC con Mecano, Melendi, Miguel Bosé, Katy Perry, Lady Gaga, Celia Cruz, Estopa, Amaral, Shakira con su waka waka, Bisbal y K'naan, Macaco, Pereza, El Canto del Loco, La Oreja de Van Gogh cuando todavía cantaba Amaia y otros que seguro he olvidado.
Seguramente no es lo que muchos calificarían como una gran noche, algunos ni siquiera se atreverían a llamarlo concierto, pero así son las noches de verano tal y como yo las conozco. Una orquesta que se puede escuchar sin sufrir daños auditivos, un repertorio marcado por los gustos de la mayoría, y un público que por lo general con un par de cubatas es capaz de bailar hasta el anuncio del bingo.
Teniendo en cuenta estas premisas, la noche se va volviendo mejor cuando te das cuenta de que el nivel de los que están encima del escenario está por encima de lo acostumbrado, llegando incluso a ser agradable y de que es posible que no haga falta esperar a que todo el mundo haya cogido "la chispilla" para poder bailar, y va rozando lo fantástico cuando de repente empiezas a escuchar algo que no es 'lo de siempre'.
Al final, después de llegar a casa y alcanzar la cama de puntillas para hacer el menor ruido posible y en apenas una horas debatirte entre desayunar o esperar a la comida, las últimas doce horas se convierten en algo memorable. Será la magia de las noches de verano.